Con aquellos pimientos que por sus características no podemos asar, por ser pequeños, por tener defectos etc. Podemos aprovecharlos para hacer una rica mermelada
Los cortamos en pequeños trozos procurando que no lleven pepitas ni venas, quitando aquellas partes que estén dañadas.
Una vez transcurrido ese tiempo, observamos que han soltado bastante jugo.
Ponemos todo a fuego lento y que se cueza despacio durante al menos 2 horas (el tiempo dependerá de la cantidad de pimiento a preparar.
Lo mejor es observar hasta que el líquido a reducido al menos 2/3 partes. Una vez que consideremos oportuno pasamos por la batidora hasta que quede todo bien batido y se forme una pasta un poco espesa.
Lo metemos en tarros bien caliente y lo dejamos enfriar poniéndolo con las tapas hacia abajo y tapándolo con paños para que enfríe poco a poco.
En la izquierda mermelada de pimiento verde, en la derecha de pimiento rojo
Esta receta me la proporcionó Nati Fernández
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