Uno de los problemas, con el que nos encontramos los que plantamos para tener para todo el año, es el problema que se nos plantea con las cebollas. Si ponemos pocas no nos dá para el año. Si ponemos muchas nos encontramos con que a medida que se acerca y abanza la primavera, las cebollas se "salen", se pudren o se resecan totalmente, por lo que tenemos que tirar una buena cantidad de ellas y de todas formas no nos llegan en fresco hasta la siguiente cosecha (octubre). Un remedio para que ese escedente de cebollas no se nos estropee y tengamos un remanente hasta la siguienet cosecha, es este que ofrecco a continuación, así una vez que acabamos con la cebolla fresca, podemos recurrir a la conservada, por lo que siempre tendremos cebolla.
INGREDIENTES:
Cebolla.
Sal
Aceite de oliva
Limpiamos bien las cebollas, quitamos el culo, y todas las imperfecciones. La cortamos como hacemos habitualmente. Ponemos aceite de oliva, añadimos la cebolla y le hechamos sal, para ayudar a que sude. La pochamos bien, a fuego medio y procurando que no se pegue. Cuando consideramos que la cebolla ya se ha caramelizado y tiene la consistencia y ternura que buscamos, apagamos el fuego y dejamos enfriar.
Rellenamos los tarros con la cebolla y el líquido que han soltado. Procurando escogeger los tarros del tamaño adecuado para un uso. Aunque una vez abierto en caso de no utilizar todo el contenido del tarro, este aguante perfectamente unos dias en la nevera.
Ponemos a cocer al Baño Maria durante 20 minutos (el tiempo se dá a partir que el agua comienza a hervir)
Esta receta me la ha dado Ana Maria.
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